Publicado en Revista Madhouse el 26 de noviembre de 2017

Chris Jagger y Charlie Hart en Mr. Jones Blues Pub, Ramos Mejía – 21/11/2017
Que sí, que no. Que sí, que no. Lo que podría interpretarse a priori como un diálogo histérico es apenas el código madre que subyace detrás de la chance de este periodista de entrevistar a Chris Jagger en Inglaterra el año pasado. Son cosas que ocurren cuando uno conoce accidentalmente a un amigo íntimo del músico en cuestión, y éste nos pone en contacto. Fiel a su estilo incansable de girar por Europa y Oceanía, coordinar una entrevista con un artista por demás particular (y muy lejos de aquello de “el hermano menor de Mick”, apenas justificado por la portación de apellido) se tornaba cada vez más remoto. Cuando Chris podía, no me daban los tiempos para acercarme hasta el área del condado de Somerset, donde residía por entonces. La última oportunidad iba a darse cuando él se acercara a la capital británica, pero para entonces uno ya tenía pasaje de regreso a la bendita tierra donde le tocó nacer. “OK Chris, quedará para otra ocasión”, le confesé, dubitativo. “¿Y si la hacemos por Skype?”, me sugirió como última chance, momentos antes de manifestarle mis preferencias por hacerla en vivo y en directo, en lo posible. Por eso resultó toda una sorpresa cuando hace unos meses volví a recibir un mail suyo asegurándome que hacia fines de año vendría a Sudamérica para realizar alguna fecha en el país, y también en Brasil.

QUE SÍ, QUE NO, QUE NI. Todo indicaba que el tiempo se había encargado de alinear los planetas. Claro que los hechos que se diluyeron una vez más cuando, hace apenas un mes y medio atrás, el último 9 de octubre, me lo crucé súbitamente en vivo y en directo en el vip del show de los Stones en Düsseldorf, deseándole lo mejor para su (ahora sí) futuro arribo a Buenos Aires, y al cual se refirió actualizándome que “al final no voy a tocar en Argentina, pero sí voy a estar en Brasil”. Que no, que no, otra vez que no… Por eso me resultó aún más inesperado cundo al pasado martes 21 de noviembre alguien me informó que esa misma noche se iba a estar presentando en un club de blues de Ramos Mejía.
Desbordado de escepticismo, no acepté la veracidad del hecho antes de ver la confirmación del show en su página oficial, la cual, de no haber pasado por semejante mar de contradicciones anteriormente, más que seguro hubiera chequeado con antelación. Y como si todo esto fuera poco, Chris no sólo iba a tocar esa noche en la ciudad, sino que además lo iba a hacer acompañado del gran Charlie Hart. Que sí, que sí, y que sí, definitivamente, cuando pasadas las 23 hs., en medio de un recinto colmado de adeptos (de claro tinte stoniano, los mismos que posiblemente en su mayoría se hayan acercado por simple curiosidad y adhesión a la causa), el dúo apareció en el escenario del Mr. Jones Blues Pub para agasajar a los allí presentes con tonadas directamente de la cepa más pura del folk inglés e irlandés, empapadas de blues de Louisiana, de country, de cajun, de zydeco, y de otros estilos regionales que suelen abordar . En definitiva, lo que Chris viene haciendo tozudamente desde su álbum debut de 1973 “You Know The Name But Not the Face” (también conocido como “Chris Jagger”, editado bajo es título al año siguiente), y agregando 11 en su discografía hasta su más reciente trabajo “All The Best”, lanzado este mismísimo año.
LOS HERMANOS SEAN UNIDOS (PERO POR SEPARADO). La experiencia de ver a Chris Jagger en vivo sugiere el previo intento de olvidarse de su célebre apelllido para comprobar que, más allá del hecho de ser el único hermano del performer definitivo de rock and roll en tiempo y espacio que el mundo conocerá (literalmente), y de la enorme montaña de ego a la que Sir Mick nunca pudo dejar de subirse, la figura y personalidad de “el otro Jagger” no está menos que en las antípodas. Es que Chris nunca perteneció al mundo del espectáculo per se, resultando ser aquel tipo de extremísimo bajo perfil que prefirió dedicarse a la música por el simple hecho de amarla, bien distanciado de las luminarias de rigor y optando por una carrera al tono que nada tuvo ni tiene de comercial, en el sentido estricto de la frase. Chris es hombre de shows en bares o en festivales pueblerinos, con sus raíces musicales irremediablemente enclavadas en su tierra natal, y campo adentro. A lo largo de su existencia, su parentesco con el frontman de los Stones apenas se limitó a participaciones aisladas de su hermano Mick en alguna canción suelta de sus trabajos, o a cierta colaboración en conjunto para algún proyecto benéfico.
HAVE A HART. No resulta casual entonces que la canción elegida para abrir el show haya sido “Will Ya Won’t Ya?” (del álbum “Atcha” de 1994, en la que su hermano de sangre aparecía haciendo coros), dejando en claro el sabor de la propuesta musical que se iba a extender durante las casi 15 canciones que formarían parte del show en el que Chris, exclusivamente tocando guitarra acústica, a la que sólo abandonó circunstancialmente para pasarse a la armónica, terminarían conformando una oferta singular e inolvidable. Menos aún lo fue la vital presencia del legendario Charlie Hart secundándolo (en piano, violín, acordeón y coros) como único y principal escudero en su misión conjunta: plasmar un repertorio rico de sabores folk y derivados en el que sólo faltó un niño corriendo por la campiña inglesa. Los más melómanos, por su parte, probablemente hayan fijado más su atención en Hart y la extensa carrera que lo consagró: tocó y/o grabó con Alexis Korner, Chris Spedding, Ian Dury, Eric Clapton, Townshend, entre tantos, más aún recordado como miembro estable de Ronnie Lane’s Slim Chance, la banda formada por el ex-Faces tras desertar del grupo de Stewart, Wood y Cía., e incluso más tarde siendo director musical del show tributo al difunto Lane en el Albert Hall londinense… Era una noche estelar en el corazón del oeste de Buenos Aires, entonces, y sin desperdicio.
CASTELLANO PARA PRINCIPIANTES. Tras más de un intento de esbozar algunas palabras en español (que por momentos terminaron en un forzado y agradable italiano), el menor de los Jagger continuó con “The Libido Blues”, antes de continuar con el repertorio de lo más destacado de su carrera (“If You Love Her”, “Lazy Says”, “On The Road”, “Funky Man”, “Lhasa Town”, en cuya versión original de estudio contó con la participación de David Gilmour) o en la versión de la canción de Ray Charles “Let’s Go Get Stoned”, y que a la hora de versionar clásicos de blues estricto como “Key To The Highway” o “Baby, Scratch My Back” agregó la participación extra del legendario bajista y sesionista Bob Stroger (Jimmy Rogers, Otis, Rush, etc.), que hacía menos de una semana se había presentado en el mismo tablado en otra de sus tantas visitas al país, y que ahora, sin más y a sus dulces 87 años de edad, se sumó al carismático dúo de Jagger y Hart, en un show que debería entrar en la categoría local de “histórico”.
UNA NOCHE PARA EL RECUERDO. Por ser su primera presentación de la historia en tierras locales, y más aún por su alta performance artística, coronada por el festejo de casi todos los allí presentes que no titubearon a la hora de acercarse a saludarlo una vez finalizada la celebración, selfies y autógrafos incluidos, para calzarse el sombrero y retirarse a disfrutar de un merecido descanso (antes habían abordado un largo vuelo desde Nueva Zelanda, aprestándose al día siguiente a partir a Brasil para realizar allí tres fechas más)… Mención aparte para el Mr. Jones Blues Pub, recinto que los albergó, y que constituyó el marco indicado y a la altura perfecta de las circunstancias para una noche que deberá ser recordada como especial. Que se repita entonces. Y que sí, que vuelva a repetirse otra vez también.
Agradecimientos:
Rogelio Rugilo
Carlos Costa (fotos)
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