6 de abril de 2014

ENTREVISTA: ADAM COOPER. A TRAVÉS DEL LENTE DE PAPÁ MICHAEL

Publicado en Evaristo Cultural en abril de 2014


Adam Cooper
Caso singular el de Adam Cooper. El del niño británico que nace y crece en un área adinerada de la Londres de los años ‘60. El de una madre que lo abandona cuando tenía apenas 3 años de edad, para luego ser criado por una madrastra que termina suicidándose, y con un padre cuyos hábitos no le permiten que logre sobrevivir a una sobredosis de heroína. La de Adam podría ser otra de las tantas historias ricas en hechos trágicos dignas de cualquier tabloide amarillista, o de alguna suerte de novela negra, sólo si su padre, aquel al cual la desdicha no pareció jugarle una buena pasada, no hubiera sido un tal Michael Cooper, la hoy icónica figura de culto en la escena bohemia del Londres de los 60s, el fotógrafo que será principalmente recordado por plasmar las mismísimas portadas del Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de los Beatles, y del Their Satanic Majesties Request de los Rolling Stones, aquella de la foto tridimensional. Las tapas de los discos de los amigos de papá Michael. Pero no todo era “solo rock’n’roll” en su vida y, dentro de su extensísima labor, Cooper también supo retratar imágenes de Marcel Duchamp, de René Magritte, o de Andy Warhol. De Audrey Hepburn o Francoise Truffaut. La lista es larga, lo suficiente como para haber dejado un legado de 70.000 imágenes, herencia que Adam recibiría de su padre (a quien prefiere referirse como “Michael” a secas) al cumplir los 18 años de edad. Con papá Michael ya lejos del mundo real, el ya adulto Adam se adentraría en el campo de las producciones cinematográficas que, luego de pasearlo por el mundo, lo traería a Buenos Aires en 1989 para trabajar en el departamento de cámaras del film Highlander II, donde se enamoraría de Silvia Ripoll, una de las editoras de la película, la que más tarde se convertiría en su esposa, y por quien se radicaría definitivamente en nuestro país. Conocí a Adam por primera vez en aquellos años, a meses de su desembarco original en la ciudad, ocasión en que también tuve mi oportunidad de entrevistarlo, pero por algún dilate del medio para el cual escribía en es entonces, el texto nunca fue publicado, y quedó en los archivos del pasado infinito. Dos décadas después, estoy sentado junto a Adam y Silvia frente a una de las salas que componen el Centro Cultural Borges, en pleno microcentro porteño. Faltan apenas unos días para que Adam decrete oficialmente el cierre de Stones 50, la muestra de fotografías de papá Michael que recoge parte de lo mejor de su trabajo junto a los Rolling Stones. Y para que me informe sobre los proyectos que planea para un futuro no tan lejano, y acaso tan auspiciosos como el que ahora, luego de tres meses continuos de gran convocatoria, está por concluir.



tapa sgt. pepper  tapa satanic majesties¿Qué hace un auténtico británico como Ud. viviendo en Buenos Aires después de todos estos años? ¿Acaso no extraña Londres?
No necesariamente. Londres es muy distinta a lo que era hace 20 años, cuando vivía allí. Hoy en día es mucho más metropolitana, uno puede escuchar todo tipo de idiomas en las calles. Lo que está muy bien, no tengo ningún problema con eso. A algunos les molesta, pero Londres siempre ha estado muy bien organizada, con sus calles muy limpias y con su gente muy respetuosa, por momentos exactamente lo opuesto a lo que ocurre aquí (risas) Pero así y todo me siento muy relajado viviendo aquí. Buenos Aires es muy europea, no sólo en la forma en que se ve, también en su arquitectura. Donde sea que esté aquí, realmente no me siento como si estuviera en Sudamérica. Sé que puedo volver a casa cuando lo desee, pero en este momento no hay nada que me lleve a hacerlo. Pero tengo muchas cosas para hacer y para crear aquí. Uno tiene que evaluar sus sueños, ir por ellos y lograrlos. Y tengo la suerte de haber logrado muchos de mis sueños aquí, y más rápido también que si lo hubiera intentado en Londres.
Ud. se crió en el área de Chelsea
Bueno, Chelsea fue el corazón de los 60s en Londres. Era “el lugar para estar” King’s Road y todo eso. Edith Grove, el departamento que compartían Mick Jagger y Keith Richards se encontraba allí. Michael y yo vivíamos en Fulham, prácticamente en el mismo que Chelsea. Era el punto central donde convergía la cultura en aquel momento de la Inglaterra de los 60s. Para los Stones, todo giraba alrededor de ese área del West London. Chelsea se había convertido en el hogar de los Rolling Stones, mientras que para los Beatles era el norte de Londres. Los estudios Olympic, donde los Stones solían grabar, también quedaban en Chelsea, en verdad en Barnes, al otro lado del río.
¿Y cómo fue crecer en ese ámbito? ¿Era consciente de lo que sucedía a su alrededor?
Siempre me hacen la misma pregunta. La verdad, para mí fue algo completamente normal. Cuando tenés 3 o 4 años de edad no entendés que significa la fama, o ser una celebridad. Para mí, cuando Mick o Keith, o Charlie, o Bill, venían de visita a casa para pasar un rato, o cuando íbamos con Michael a las suyas, era una experiencia absolutamente normal. Eran los amigos de mi padre. Algunos tenían hijos, otros no.
¿Pero tiene algún recuerdo físico específicamente?
Sí, tengo un recuerdo físico que ha vivido conmigo toda mi vida (N. de la R.: 
Se refiere a su costumbre de jugar con las puertas de los automóviles. La cantante Marianne Faithfull, novia de Jagger por aquellos años, en su visita a Buenos Aires a fines de 2011,  le recordó a Adam sobre su costumbre permanente de niño de meter sus dedos cuando la puerta de los autos se cerraban ) Siempre pensé que lo había hecho sólo una vez, pero Marianne me recordó que lo hacía todo el tiempo. 
Adam, de niño, junto a Jagger y Marianne FaithFull
Adam, de niño, jugando junto a Jagger y Marianne Faithfull
Por lo que entiendo se reencontró con Marianne en Buenos Aires. ¿Cómo fue aquel reencuentro?
Esa fue una semana fantástica para nosotros. Pasamos una semana entera con ella en Buenos Aires. Nos pusimos a hablar, y una semana después se fue para el aeropuerto. Lamentablemente fue tratada muy mal aquí. El hotel Faena la había invitado oficialmente para que ella inaugure su centro cultural, ocasión en que cantó un par de canciones, pero no hubo nadie para presentarla. Nadie. Llegó sola hasta el escenario y de la misma manera se presentó ante la multitud. El público sólo se ocupó de beber tragos, y charlar y hablar entre ellos de lo que sea. La ignoraron, básicamente. Fue una pena. Pero al otro día hizo el concierto en el Coliseo. El teatro estuvo lleno, y eso la hizo muy feliz. Para mí fue algo fantástico. Cuando era niño, mi madre nos había abandonado, a Michael y a mí, cuando tenía 2 o 3 años, y un chico de esa edad eventualmente siempre está buscando una figura materna, y Marianne fue esa figura materna para mí .
De hecho, una madre bellísima…
Sí, ella fue fantástica. Pero como sabemos tuvo una vida muy dura. Es una larga historia. Haber visto que finalmente logró recuperarse, lejos del alcohol y las drogas, y que ahora vive una vida tranquila en París, y que sale de gira y graba nuevamente, fue maravilloso.
Justamente hace unos días leí que va a lanzar un nuevo disco este año, y que va a salir nuevamente de gira…
Sí, oficialmente es su aniversario 50 como artista este año. Tiene planeado hacer unas cuantas cosas en Europa y en los Estados Unidos para celebrarlo. Me gustó haberla visto tan bien, porque después que dejó a Mick Jagger en 1969, o en 1970, estuvo realmente complicada, seriamente metida en la heroína, viviendo en las calles. Pero Marianne es una luchadora, una auténtica luchadora. Le pregunté cómo es que hizo para abandonar todo es mundo, y me contestó “es que sí no lo hacía me iba a morir. Una vez, después de consumir drogas,  sentí que nunca iba a poder levantarme, por lo que decidí que lo que realmente quería era vivir” Pero lo que más me llama la atención es que ella eligió vivir en las calles. No es que tenía que hacerlo, sino que lo eligió. Su madre era una marquesa, venía de una familia muy rica. Pero eligió hacerlo por ella. Fue una larga y dura batalla, y eventualmente alguien le brindó su amistad, la cuidó y la invitó a vivir en el cuarto de la casa que le sobraba. Se trató de un productor discográfico que la había visto deambulando por las calles, y le dijo “Marianne, esto es ridículo, tenés que parar. Vení conmigo, tengo un cuarto libre en mi casa, podés vivir ahí. No se permiten las drogas en casa, bajo ningún concepto. Y aparte necesitás hacer algún tipo de rehabilitación y, si lográs recuperarte, te voy a conseguir un contrato de grabación, y vas a volver a los estudios” Y así fue, hizo exactamente lo que le había prometido, y transformó la vida de Marianne. Comenzó a ver la luz al final del túnel, y a volver al mundo real de a poco. Tengo un amor tremendo y admiración por ella. No debe haber sido nada fácil salir de todo eso, y saber que te ibas a morir. Casi muere aquella vez en Australia. A fines de los 60s, ¿recordás?

keith richards, por Michael Cooper
Keith Richards, por Michael Cooper
Por supuesto, estuvo en coma tras ingerir muchos somníferos. Pero sobrevivió.
Desde ya. Anita es completamente diferente (N. de la R.: Se refiere a Anita Pallenberg, la actriz alemana, quien fuera pareja de Keith Richards) Se hace hasta difícil reconocerla en estos días. Ella y Marianne fueron dos de las mujeres más hermosas de los años ’60, pero después de décadas constantes de abuso de drogas, así es como Anita se ve ahora. En muchos aspectos creo que Keith fue muy honorable para con Anita, que al fin y al cabo es la madre de sus hijos. Siempre la apoyó, y aún lo hace. Ella vive en Redlands, la propiedad de Keith en el interior de Inglaterra. Se encarga de cuidar la casa, y Keith le pasa el dinero para los gastos de mantenimiento. A veces pienso que Anita también debería haber tenido una lección dura como la que tuvo Marianne. Insisto, Marianne está realmente bien. Su hijo Nicholas tuvo su primera hija, por lo que ahora también es abuela. Los Stones eran considerados los chicos malos del rock and roll, esa es la imagen que tuvieron, y la usaron oportunamente. Andrew Oldham (N. de la R.: el mánager original de los Rolling Stones) los ayudó mucho con eso. Andrew se lo vendió a la Prensa, y fue la mejor manera de promocionarlos, y venderlos como todo lo opuesto a los Beatles.
Los Stones lo pintaron de negro…
Exacto, lo pintaron de negro. Y la Prensa nos vendió esta enemistad entre ellos, Beatles contra Stones, diciéndonos que se odiaban. Y como bien sabemos, más bien era completamente lo opuesto. Se comunicaban para preguntarse sobre sus nuevos discos. Y pactaban distintas fechas de edición para que no se interpongan. Y los Stones, en lugar de negar toda esa imagen, prefirieron jugar el juego, “¡Vamos a hacer de chicos malos!” Y lo hicieron muy bien. No creo que Andrew se haya dicho alguna vez “Esta es la banda que quiero manejar por el resto de mi vida” Y Mick y Keith aprendieron muy bien el juego del escándalo, y lo adoptaron par el resto de sus vidas.
stones, por michael cooper
The Rolling Stones, por Michael Cooper
¿Cómo fue su llegada original a nuestro país? ¿Fue su trabajo que lo trajo hasta aquí?
Vine por primera vez a Argentina en 1989, trabajando para la producción de la película Highlander II. Mi esposa Silvia era una de las editoras, y yo uno de los asistentes de cámara. Luego nos fuimos a Londres, vivimos allí por alrededor de 4 años, de hecho nos casamos allí. Nuestra hija Emily, que hoy tiene 22 años, nació en Londres. Pero comencé a sentirme algo frustrado como asistente de cámara, quería convertirme en director de fotografía. En realidad no tenía muchas ganas de quedarme en Londres. Come te dije antes, mi madre me abandonó cuando tenía 3 años, y mi madrastra, Ginger, bueno, no realmente mi madrastra, digámoslo así, se suicidó dos años antes que Michael muriera. Para ser un niño de 9 años, ya había tenido bastante tragedia personal en mi vida. No me sentía con ganas de quedarme allí, por todos esos recuerdos. Y entonces decidimos retornar a Argentina. Todos mis amigos en Londres pensaron que estaba completamente loco, pero una vez que regresamos, mi esposa me presentó a mucha gente del ambiente cinematográfico, y sorpresivamente dos semanas después me encontraba en Chile filmando un comercial para una compañía de comunicaciones.
¿Extrañó la cerveza?
No, para nada. No bebo cerveza, ni tampoco té. Siempre le digo a la gente aquí que esa fue la verdadera razón por la que me vine para aquí, que en verdad me echaron por no ser muy adepto a sus costumbres (risas)
Y entonces puso en marcha sus proyectos fotográficos.
Hicimos una muestra sobre los 60s en el Palais de Glace en el 2001. Funcionó muy bien, pero no disfrutamos particularmente de la experiencia. Fue bastante engorroso lidiar con toda la cuestión de los edificios municipales. Así que básicamente nos olvidamos de todo lo que tenía que ver con exhibiciones, y no fue hasta hace 4 años que un amigo nuestro, Fernando Pearson, mientras tomábamos un café, me dijo “¿el 50 aniversario de los Stones está por llegar, van a hacer algo, no?” Y le contesté: “Nada” Y él me dijo: “Pero eso es incoherente, el material que Uds. tienen es tan increíble…Por qué no hacen una exhibición de los 50 años?” Yo me seguía negando. Pero Fernando era el tipo de persona que jamás iba a aceptar un “no” Él era publicista, creativo y director de marketing, y eventualmente, sólamente para que deje de seguir insistiendo, le dijimos que sí. Y ahí comenzó el viaje, tratando de encontrar el lugar ideal para realizar la muestra. Reuniones después de reuniones después de otras reuniones, y así todo el tiempo. El problema es que uno siempre termina brindándole una cierta cantidad de responsabilidad a otra gente. Tuvimos reuniones con gente que se hacían llamar “curadores de fotografía” Una vez les estaba mostrando a uno Blinds & Shutters (N. de la R.: libro editado en Inglaterra, que presentaba parte de la colección de fotografías de su padre, de edición limitada) y en ciero momento, mientras lo hojeábamos, aparece una foto de René Magritte, y el “curador” me pregunta “¿Quién es René Magritte?” Imaginate, se me hacía imposible. Pero una vez que conocimos el Centro Cultural Borges decidimos que habíamos encontrado un hogar para la exhibición. Y ahí comenzó la verdadera travesía. Luego nos tocó lidiar con la parte de marketing. Encontrar los auspiciantes, el dinero. Porque definitivamente sentíamos hacerlo, pero no queríamos poner ni 10 centavos. Esta vez no deseábamos perder dinero, habíamos perdido mucho dinero con la muestra en el Palais de Glace. Pero finalmente, después de tres años intentándolo, conseguimos a los auspiciantes ideales. La peor parte fue cuando Fernando se enfermó, y falleció poco después.
Miscelánea exhibición Stones 50Lamento lo que me está diciendo. Entoncesquiero pensar que la muestra también fue un homenaje a su amigo.
Definitivamente, es un homenaje a él. Otra cosa que sucedió es que, le escribí a la embajada británica para solicitar información sobre auspiciantes potenciales, y la embajada se mostró muy interesada en colaborar. Querían que se la asocie con nuestra exhibición. De hecho el logo de la embajada está en toda la gráfica de la muestra. Por lo que dos días más tarde me volvieron a convocar en la embajada, y allí me informaron que en en todas las embajadas británicas del mundo estaba teniendo lugar una especie de campaña cultural titulada GREAT, un eslogan asociado con la música, las artes, etc. Por eso les interesó sumamente la colección que heredé de mi padre. Son 3500 negativos solamente de los Stones, mientras que la colección completa reúne un total de 70.000 imágenes. Y este show constó sólo de de 100 fotos. Podríamos hacer una exhibición distinta cada mes, y 10 años más tarde aún estaríamos mostrando imágenes nuevas.
foto exhibición Stones 50Eso espero, realmente…
Fuimos muy privilegiados de recibir el legado de Michael. Pero al final del día el placer mayor es cuando un miembro del público se te acerca, te da la mano y te agradece por traer la muestra a Argentina. De éso se trata. Les trajimos placer a la gente, y ellos vienen a ver a sus héroes. Y ahora queremos llevar el show a las provincias del interior, a otros países sudamericanos. Asimismo produjimos una línea de muebles de edición limitada. Una compañía en Londres nos contactó hace alrededor 1 año y medio. Ellos se especializan en producir mercadería de edición limitada. Ya habían realizado una campaña de mercadería para Pink Floyd, que fue tremendamente exitosa. Vendieron absolutamente todo en un plazo de horas. Eventualmente, como no podía ser de otra manera, al principio me negué. Pero luego quedé maravillado, tras ver sus servicios y productos. Lanzamos un sofá de dos cuerpos, un modelo de silla realmente hermosa, y aparte un juego de seis sillas para mesa. Todo hecho a mano, es la única manera en que querían hacerlo. Totalmente artístico. Querían usar imágenes de mi padre, no sólamente de los Stones, también de fotografías de otras personas. Se pueden ver en Internet en el sitio de The Michael Cooper Collection. A través de los años se me acercó mucha gente interesada en producir mercadería, y siempre les dije que no, porque la mayor parte de la mercadería que da vueltas es realmente basura barata. Nunca quise que el trabajo de mi padre fuera degradado. Es algo que me rompe el corazón, no me gusta para nada. Pero ésta fue una propuesta muy especial, quedamos maravillados.
libro the early stones
Por último, quisiera que me hable de los otros proyectos que tiene planeado llevar a cabo próximamente.
Desde ya, ahora que finalmente sabemos cómo encarar este tipo de proyectos en Buenos Aires, podemos asegurar que ya logramos la suficiente confianza como para sentarnos con otros fotógrafos y generar nuevas ideas. De hecho nuestro proyecto más inmediato va a ser junto al fotógrafo Baron Wolman, que seguramente va a tener lugar en algún momento durante este año. Wolman fue el primer fotógrafo de la revista Rolling Stone. El único fotógrafo al que se le permitío permanecer en el escenario durante el primer festival de Woodstock. Tiene una increíble colección. Jimi Hendrix, Janis Joplin, Carlos Santana, The Grateful Dead, los Stones…Baron tiene 76 años, y de hecho estuvo aquí para la inauguración de 
Stones 50. Asimismo recientemente reeditamos The Early Stones (N. de la R.: que presenta una gran  parte del trabajo fotográfico que Michael Cooper realizó junto al grupo),y también en Brasil, y estamos pensando en hacer lo mismo con una versión en español del libro de Baron, el de las fotografías para la Rolling Stone, que además acompañaría al lanzamiento de la exhibición. En un futuro también haremos algo con Robert Whitaker, quien hizo excelentes fotos de los Beatles, y también con Albert Watson, un fotógrafo muy famoso del mundo de la moda. No hace falta aclarar que la intención es seguir moviéndose en el mismo plano, el de la fotografía, y no necesariamente de rock and roll. Lo haremos de a uno, de otra forma es demasiado trabajo. Y también queremos formar una plataforma para dejarle en el futuro a nuestra hija Emily, para que ella reciba el mismo legado que yo recibí de Michael.
¿Su padre?
Claro, Michael.

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